¿Qué tienen en común el rap, las peluquerías, los políticos y la misa de los domingos? Probablemente ahora mismo estéis pensando que absolutamente nada. Pues bien, de acuerdo con Christopher Edmin, todos guardan bajo llave el secreto de cómo hechizar, cautivar y enseñar al mismo tiempo. Y esta es, por desgracia, una habilidad social, que normalmente no se enseña ni se desarrolla como debería ser en el sistema educativo en el que vivimos. Se le da gran importancia a la memorística y a la adquisición de unas competencias básicas que quizás no son del todo útiles a la hora de enfrentarse a nuestra realidad social y los debates, el pensamiento crítico y la capacidad para resolver problemas quedan muchas veces en la oscuridad del currículum educativo.

    De esta manera, en esta entrada queremos hacer especial hincapié en la importancia de la habilidad oratoria para un profesor a la hora de tratar con sus alumnos; a la hora de hacer cobrar vida a una clase o audiencia entera. En la TEDtalk de Christopher Edmin, nos cuenta que ahora mismo, hay una profesora de primer año en casa que está trabajando en planear lecciones que logren dar sentido a las normas, intentando evaluar a los estudiantes adecuadamente, diciéndose a sí misma al mismo tiempo una y otra vez "no sonrías hasta noviembre", porque eso es lo que le enseñaron en su programa de formación docente. Ahora mismo, hay un estudiante que está ideando una forma de convencer a su madre o a su padre de que está muy enfermo y no puede ir a clase mañana. Pero, por otro lado, ahora mismo existen educadores increíbles compartiendo información de una manera tan bonita que los estudiantes están sentados en vilo en sus asientos, incapaces de mirar sus móviles debido al hechizo de un increíble discurso. Ahora mismo, también hay una persona que tiene a todo un público absorto, una persona construyendo una narrativa poderosa sobre un mundo que la gente que escucha nunca había imaginado o visto antes, pero que si cierran sus ojos con suficiente fuerza, pueden imaginar ese mundo porque la narración es irresistible. Ahora mismo, hay una persona que puede decirle a una audiencia que suba sus manos y las dejen ahí hasta que diga "bájenlas"...

    Hay profesores que, a pesar de todos sus retos, tienen esas habilidades, son encantadores de serpientes. Entran en las escuelas y son capaces de cautivar al público. El director pasa por ahí y dice: ¡Madre mía! Ojalá todos mis profesores fuera así de buenos". Y cuando tratan de describir a esa persona, sólo dicen: 'Él tiene esa magia". Y esto es, señores y señoras, el poder de la oratoria. Desarrollemos desde la infancia este tipo de habilidades sociales, dejemos la vergüenza a un lado, pensemos, discrepemos, gritemos, cambiemos la educación... Simplemente, estimados docentes, revelad vuestros trucos y cread magia.